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viernes, 7 de agosto de 2009

Adrian Belew Parte I: Crónicas del Elefante


Adrian Belew con King Crimson

ADRIAN BELEW VISTO POR JAVI

Corría el año 1981 y estaba a punto de llevarme una de las sorpresas más agradables de mi trayectoria como aficionado a la música.

Yo era fan de los Crimson desde 1976, cuando por entonces en casa recalaron un par de cintas de casete con In the Court of the Crimson King e Islands. Una música un poco rara para mi entender, algo desconcertante, tan variopinta que a veces llegaba a confundirla con la de la Incredible String Band, que entonces también sonaba por casa (principalmente mi confusión eran algunas partes de Islands y temas como Epitaph, que evocan un sonido que para mí resultaba parecido al folk progresivo de la Incredible). Tras muchas escuchas ya lograba distinguir claramente a los Crimson, y decidí comprar sus discos en vinilo, hasta completar toda la discografía "posible" por entonces: los siete discos en estudio más los directos USA y Earthbound. Y que lástima, cuando esa banda me había atrapado totalmente y comencé a interesarme por su biografía y discografía, me entero de que King Crimson ya pertenece al pasado, que se disolvieron en 1975.

Entonces lo único que me quedaba era disfrutar de esos 9 vinilos una, otra, mil veces. Era la música que sonaba casi a todas horas en mi plato, aunque compartiendo algo de tiempo con las otras músicas que escuchaba por entonces: Genesis, Queen, Led Zeppelin, Alan Parsons Project, Pink Floyd... entre otros.

En los años 80 (quizá incluso dos o tres antes de que comenzara la década) ya compartía mucha música con mis amigos. Como andábamos escasos de dinero, cada uno compraba lo que podía e invitaba a los demás a su casa a escuchar las nuevas adquisiciones. Algunos amigos apostaban por U2, escuchábamos Dire Straits, algunos grupos españoles como Bloque y Asfalto... Pero no había ese "gran grupo" que nos sirviera de referente a todos.

Y uno de esos días de 1981, precisamente reunidos en casa de uno de mis amigos para escuchar música, nos da por poner la tele para ver qué daban esa tarde en el programa "Aplauso" de José Luis Uribarri y José Luis Fradejas (aunque en general no nos gustaba, a veces nos llevábamos sorpresas...). Cuando, sin previo aviso y sin que ninguno pudiéramos creer lo que estábamos oyendo, el propio Fradejas anunciaba la siguiente actuación: el regreso de King Crimson.

Recuerdo que en unos segundos casi nos caían las lágrimas a todos, y gritábamos de emoción cuando veíamos a nuestros ídolos de nuevo reunidos. Pero analizando bien la situación, ¿quiénes eran esos tipos? A dos de ellos los reconocía. Ahí estaban el incombustible e inexpresivo Fripp y el mago intelectual de la percusión, Bill Bruford. Los otros miembros del cuarteto, nos resultaron desconocidos.

Gira 2008 "Adrian Belew Power Trio"

Independientemente del reconocimiento, vayamos a lo que se escuchaba. Una introducción de guitarra de lo más extraño que había oído jamás, primero unas duplas de notas repetitivas con un sonido ligeramente distorsionado que iban aumentando de velocidad y acabando en un pequeño torbellino. Y luego... ¿qué era aquello? Sonaba como un bajo pero no era un bajo, tenía más cuerdas, el tipo rapado y bigotudo tocaba con las dos manos sobre el mástil... Para nuestro deleite, aquél sonido se fundía con la guitarra de ese nuevo vocalista-guitarrista (que no era desde luego ningún viejo conocido) que pronto empezó a dar alaridos que hablaban de charlas. Como yo no sabía mucho inglés, sólo entendía algo de talk talk (hasta lo obsesivo) y por fin se escuchaba decir Elephant Talk. De hecho, así apareció en el rótulo de la canción. Efectivamente, aquello parecía ir de un elefante que charlaba. Interesante temática la de los nuevos Crimson. Y aquél vocalista-guitarrista que no era ni Greg Lake, ni Gordon Haskell, ni Boz Burrell, ni desde luego John Wetton -además, recordé que en King Crimson casi siempre cantaban bajistas, no guitarristas, y que posiblemente la guitarra siempre había estado reservada a Fripp y nadie se atrevía a coger otra en su presencia- comenzaba un delirio de ráfagas de guitarra por los trastes bajos en los que cada vez era más reconocible el barrido de un elefante. Vaya, ese tipo parecía genial.

¿Un hombre, un elefante, un pájaro...?

El aspecto delgado de Belew, entonces en plena juventud -32 años- invitaba a pensar en un guitarrista-cantante más frágil. Pero la energía con la que Belew martirizaba el mástil de su guitarra, me hizo ver que estaba ante un músico realmente curioso y llamativo. Con el segundo tema que sonó me quedé totalmente entregado y convencido. Sonaron los extraños versos de Thela Hun Ginjeet y ya no había duda. Era obvio que esa banda no estaba tocando Epitaph o Island o cada una de las joyas que yo había escuchado anteriormente. Pero también era igual de evidente que estaba ante la presencia de unos nuevos genios, y mi único deseo era que llegara el lunes para poder ir a mi tienda de discos habitual y buscar esa nueva joya de King Crimson, se llamara como se llamara. Resultó ser Discipline.

Posteriormente, en julio de 1982 vi a King Crimson tocando en directo, en Madrid, en una gira conjunta con Roxy Music. No tocaron demasiado, en comparación a unos Roxy que llenaron la noche. Pero yo deseé que hubiera sido al revés. Allí pude ver, por fin, a ese nuevo y genial músico en plena escena. Sorprendentemente, lo primero que le vi tocar no fue la guitarra. En un lateral del escenario, dos marimbas situadas una dando la espalda a la otra, y dos músicos situados uno frente a otro, las hacían sonar en perfecta sincronía. Bill Bruford y Adrian Belew iniciaban el concierto con Waiting Man. Una nueva sorpresa, pues sólo sabía que habían hecho una nueva grabación, que se llamaría Beat, pero no había escuchado nada de ella.

Photo credit: Image of Daryl Darko.

Belew en escena me pareció un tipo simpático, arrollador, con una personalidad increíble, un hombre que centraba las miradas y la atención sobre el set en su persona, que tocaba la guitarra de una manera divertida de ver y de escuchar, con una energía en sus rasgueos que elevaban la guitarra casi por encima de su cuello cuando la golpeaba con la púa de abajo hacia arriba, y que la hacía llegar casi a sus rodillas cuando la batida era de arriba hacia abajo. Vestía con chaqueta y pantalón rosa, y su guitarra era de ese mismo color. ¡Todo un toque de originalidad!

Y sin embargo tengo que confesar algo: por entonces su voz no me convencía. Sólo me parecía que iba bien a la música de esos nuevos Crimson, pero que no tenía parangón con ninguna de las voces anteriores del Rey Carmesí, que provenían todas de los sueños -de las pesadillas a veces- y ofrecían noticias sobre un mundo antiguo, medieval, cuando no de un mundo futuro, donde las cosas eran de otra manera, a veces mágicas, a veces crueles. Las voces de King Crimson siempre evocaron el pasado, la grandeza, la épica, la dulzura, la melancolía y los sueños perdidos de los hombres. Y Belew parecía ir en otra línea, un músico más rockero, más actual, más de nuestro tiempo. Sólo una excepción en aquél primer disco de reunificación: en Matte Kudassai apuntaba unos matices líricos que después ha desarrollado hasta lo sublime en temas como Two Hands, One Time, Walking on the Air...

Y al fin, la brillantísima trayectoria de Adrian Belew en las distintas etapas de King Crimson y los ProjeKcts desde 1981, me han hecho tenerlo por un ídolo como pocos músicos de esta formación lo han sido para mí. Hoy siento por Belew respeto, admiración y hasta aprecio, sin conocer al hombre, sin conocer a la persona, tiene que ser un buen tipo, un poco neurótico pero amable y accesible, como aparece en su blog, en el que se muestra como un ser humano cordial y cercano, muy lejos del divismo y la extravagancia de Fripp. Belew año tras año se ha ido ganando mi admiración. Cada vez canta mejor, toca mejor, y hoy me atrevo a decir que es uno de los mejores músicos que siguen tocando en el siglo XXI, ese siglo del Hombre Esquizoide que él, casi 40 años después de que se escribiera esa canción, encarna como nadie.

Adrian Belew en la gira rusa King Crimson Festival (2008)

ADRIAN BELEW VISTO POR ORIANA

31.vii.2009

Siento como si estuviera en una fiesta y fuera mi turno de hacer el brindis.

Mi historia con los Crimson es muy nueva. Quizá de comienzos de este año. Felizmente me los presentaron. No me hubiera gustado ir por la vida sin conocer la música genial que ellos crean.

El 21st Century Schizoid Man me proclamó su Lady of the Dancing Water. Vamos, que ya teniendo título nobiliario, había que ponerse a investigar un poco. Escuchaba a este hombre esquizoide pronunciar nombres como Fripp, Haskell, Bruford y Belew, casi sin enterarme de que pronto me enamoraría perdidamente de una voz ―hasta el momento― anónima. En abril, el hombre esquizoide postea One Time y Heartbeat en este blog. Juntas. A mí me produjo un especie de hiperglucemia, o no sé. Pero hiper-algo. Cosas tan buenas como estas canciones no pueden andar soltándose de esta manera, es nocivo para la salud. Se corre todo el riesgo de volverse adicto a esta aterciopelada voz que juega de formas inverosímiles y deliciosas.

06.viii.2009

Han pasado varios días desde que empecé con esta especie de discurso. Pero pensando en Belew, caí en cuenta que él es humano pero, al mismo tiempo no lo es. Escucharlo en canciones como Neurotica o Indiscipline, nos hace pensar en su calidad de ser extraño, diferente, múltiple. Él es la fase esquizofrénica de Three of a Perfect Pair, es el latido en el corazón de Heartbeat, es el hombre perfecto en Model Man, es una persona común y silvestre atrapada en la jungla de Thela Hun Gjengeet, es el alma de Matte Kudasai, el desorden en Elephant Talk... Pero es, al mismo tiempo, un sueño, un ente que está y no está. Porque no se le puede atrapar, vuela con el viento.

Leí, hace no mucho, algo que él publicó en su blog. La prueba infalible de su humanidad imposible. La escribo a continuación (supongo que la traducción es algo cercana a la realidad...)

Belew & Guitar

Spot the nerd (Identifiquen al cerebrito/tontuelo).

"Nunca esperé en mi vida poder sostener dos colibríes en la palma de mi mano, pero el miércoles, a eso de las 4:30 fue exactamente eso lo que sucedió.

Acababa de terminar las grabaciones del día. Casey Wood, mi ingeniero (de sonido) estaba copiando los archivos a un disco duro, mientras yo esperaba al lado de la ventana del estudio viendo dos colibríes perseguirse el uno al otro en los árboles. No es raro ver colibríes aquí. Tengo aparatos para darles de comer en el frente y detrás de la casa. Vemos gran cantidad de aves que se alimentan todo el tiempo. Algunas veces la terraza parece más una pista de aterrizaje. ¡De repente los colibríes se estrellaron contra la ventana! ¡Bam bam! Me apuré en ir afuera, mientras pensaba, horrorizado, en que los encontraría muertos, con los cuellos rotos. Levanté a uno de ellos. Era una criaturita pequeñita y hermosa. Y estaba viva.

A veces, los pájaros vuelan contra las ventanas y chocan, quedando sin sentido. Si uno los levanta y, cuidadosamente, los trae de regreso del shock, terminarán volando otra vez. Esto me ha sucedido muchas veces. El segundo colibrí estaba boca abajo en el césped. Sabía que estaba muerto. Pero cuando lo levanté me asombré de ver que también estaba vivo. ¡Ahora tenía dos colibríes en la palma de mi mano!

Por algo más de 10 minutos estuvieron los dos sentados en mi mano abierta, pestañeando y mirando a su alrededor, mientras yo les acariciaba las plumas doradas y les decía que todo iba a estar bien. Finalmente el más pequeño despertó del letargo y se dio cuenta, “¡Ay! ¡Estoy en la mano de un humano!”. Despegó zumbando, y aterrizó en la terraza, donde estuvo sentado por algunos minutos. Luego, el colibrí número dos hizo lo mismo.

Fue una experiencia mágica para mí.

Los colibríes son muy especiales, no sólo porque son muy pequeños, o porque pueden aletear mil veces por minuto. La mayoría de la gente sabe que son también los únicos pájaros que pueden sostenerse en el aire como un helicóptero ¡y los únicos que pueden volar hacia atrás! Pero, ¿sabían que son lás unicas aves que no pueden caminar? (además de los pollos sin huesos, claro)

Fue un regalo sostenerlos".

¿Cuándo se ha visto a un elefante coger en sus patas un colibrí? Así de inverosímil es esta persona, este personaje, mío, de todos, de nadie.

martes, 26 de mayo de 2009

Estoy escuchando... ProjeKct Three - Live in Austin (1999)

Mientras escribo este post, el Media Player (tengo recién formateado el ordenador y aún no instalé Winamp, fallo grave...) hace sonar el Live in Austin, TX, de ProjeKct Three.

Tenía noticias de este disco, su contenido, la formación, y por supuesto los temas me son conocidos de otros álbumes. Pero hoy he podido al fin tenerlo y lo disfruto por primera vez.

Los ProjeKct Three no tienen mucho material, apenas más que versiones del álbum "Masque" y temas que, o bien son de ProjeKct Two originalmente (Sus-tayn-Z, X-chain-jiZ, Hindu Fizz), o bien podrían considerarse Crimsonianos, por aparecer en el álbum "Heavy ConstruKction" (Heavy ConstruKction, Light ConstruKction, CCCCCCs, ProjeKction). Pero aún así este Cd es cuanto menos fascinante. Suenan a jazz, a un jazz progresivo y experimental, tan peculiarmente esquizoide como lo es el rock progresivo de King Crimson. Es un deleite escuchar los bajos (realmente la touch guitar de Trey Gunn) y la percusión y artilugios que usa Mastelotto, junto con la guitarra no siempre presente de Fripp.

Muy recomendable para todos los que sean capaces de digerir este tipo de música densa, inquietante y sólo a veces melódica.

jueves, 2 de abril de 2009

Mel Collins tras la estela del Poseidón

Mel Collins: saxos, flautas y mellotron

Mel Collins ha sido uno de los músicos de viento de más importancia en la historia del rock sinfónico. Allá donde una gran banda de progresivo necesitara saxofones o flautas llenas de matices y capacidad expresiva, estaba el gran Collins con sus winds and reeds.
Tras la espectacular aportación de Ian McDonald en la primera grabación de King Crimson, Fripp no tuvo duda de que Mel Collins era el único músico que podía sustituir e incluso mejorar la aportación de aquél. Y Collins se instaló en la banda para quedarse, apareciendo en "In The Wake of Poseidon", Lizard, Islands, en numerosísimas grabaciones en directo y finalmente como músico de sesión en Red.
Mel Collins ha colaborado con los mejores músicos desde los años 70, formando parte de Camel, acompañando a Caravan, Alan Parsons Project, Bad Company, Dire Straits y un sinfín de bandas punteras del rock de las últimas décadas.

Ian McDonald, el hombre que hablaba con el viento

Ian McDonald: vientos en la Corte

El disco In the Court of the Crimson King empieza de tal manera que a muchos les haría odiar a King Crimson, y a otros amarlo. "21st Century Schizoid Man" es una pieza desconcertante, un ataque directo de Robert Fripp a lo más profundo de nuestra sensibilidad, hiriente por momentos, desenfrenado y complejo de ejecutar, con actitudes "heavy" en algunos pasajes. Tardé en comprender bien ese tema cuando comencé a escucharlo con 12 años. Pero lo que más gozoso resultaba era escuchar -después del absoluto delirio del final de 21st. y casi sin tiempo de recuperar la respiración- la delicada y deliciosa entrada de "I Talk to the Wind" interpretada a la flauta por Ian McDonald. El mejor y más drástico cambio de rumbo que he escuchado en la música progresiva de todos los tiempos.
Aunque ya desde la segunda grabación ("In the Wake of Poseidon", 1970) fue sustituído por Mel Collins, que permaneció por largo tiempo con la banda, McDonald siempre ha sido crimsoniano, y en su dilatada carrera artística ha retomado una y otra vez los temas de la primera época carmesí, acompañando e Steve Hackett, o con formaciones de nostalgia crimsoniana como la "21st Century Schizoid Band".
Curiosamente Fripp, 6 años después de que McDonald saliera de la formación, contó con él como músico de sesión en Red, junto a Mel Collins, formando una pareja inigualable de instrumentistas de viento.
En su carrera en solitario, McDonald ha tocado teclados (cosa que también hizo en King Crimson), guitarras y otros instrumentos. A destacar su presencia en los mejores años de la banda Foreigner.

David Cross y las lenguas de alondra

David Cross: violin, viola, mellotron and keyboards

En 1973 la historia de King Crimson iba a dar un vuelco bastante significativo. La banda, que se había caracterizado por los sonidos de viento (Ian McDonald y Mel Collins) acompañando a guitarras, bajo, teclados y batería, incorpora ahora el sonido del violín y las violas de David Cross. Cosa que en algunos momentos (Exiles, Book of Saturday, Trio...) dulcifica los ambientes crimsonianos, y en otras ("Larks' Tongues in Aspic") los exasperan y los convierten en sonidos duros y difíciles, llevados a su máxima expresión en las interpretaciones en vivo, principalmente las improvisaciones sobre temas de estudio.

King Crimson con David Cross, 1973

David Cross es un músico de formación clásica, su paso por King Crimson lo hace protagonista de la época más reluciente del inagotable rey, hasta su temporal desaparición en 1975.
Posteriormente formó la David Cross Band, con la que ha realizado numerosas grabaciones, de la que cabe destacar "Exiles".

Discografía en solitario


1997 - Exiles

1995 - Testing to Destruction

1994 - Testing
1995 - Big Picture
1995 - Memos from Purgatory
1995 - Testing to Destruction
1996 - Back to Broke
1997 - Exiles
2005 - Closer Than Skin
2005 - Civilizations
2006 - Unbounded: Electric Chamber Music
2008 - Alive in the Underworld

Ian Wallace: la historia del marino

Ian Wallace, drums

Apareció en Islands junto con Boz Burrell, y como éste, protagonizó una importante etapa de la historia carmesí en la que, si bien la producción en estudio se limitó sólo a esta fantástica joya de Islands, en directo la banda tuvo una de sus épocas más prolíficas.
Ian Wallace es un batería sobrio y elegante, quizá no tan espectacular como Bruford pero sobradamente capacitado para seguir los solos delirantes de Fripp. Y para mí, el lugar donde mejor lo consiguió es en "The Sailor's Tale", donde apura cada redoble hasta el límite, manteniendo un compás endiablado con una elegancia y una precisión matemática.
Después de haber tocado con muchos músicos de gran renombre, Ian Wallace retomó proyectos crimsonianos con la 21st. Century Schizoid Band, y el magnífico Crimson Jazz Trio, donde se recrearon en 2005 los temas principales de la banda de los primeros 70's en versión jazzística.
Ian Wallace nos dejó en 2007.

miércoles, 1 de abril de 2009

Greg Lake en la corte del Rey Carmesí

Greg Lake

La voz más hermosa de King Crimson, con permiso de John Wetton. Tocó también el bajo en In The Court of the Crimson King. Y, supongo que para dejarle descansar después del desenfreno de cantar y tocar el bajo en "21st Century Schizoid Man", Fripp contrató a Pete Giles (junto a él y su hermano Michael -batería en "In The Court..."-, Fripp había formado "Giles, Giles & Fripp", precursora de King Crimson) para grabar In the Wake of Poseidon, y que de esa manera Lake sólo tuviera que encargarse de lucir su voz.
Nadie ha cantado como él "The Court of the Crimson King", "Epitaph", "Moonchild", o el mismísimo "21st Century Schizoid Man", aunque Boz Burrell y John Wetton defendieron sobradamente el puesto de vocales de King Crimson interpretando estos temas en concierto.
Greg Lake fundó posteriormente, en 1972, Emerson, Lake & Palmer, junto al teclista Keith Emerson y el baterista Carl Palmer, dejando una de las más interesantes discografías del rock de los años 70.

John Wetton, una voz bíblica

John Wetton, bajo y voz

John Wetton protagonizó una de las mejores épocas de King Crimson, la que va de 1973 a 1975 y en la que se graban "Larks' Tongues in Aspic", "Starless and Bible Black" y "Red".
Su voz compacta, cálida y rica en matices llega a su mayor expresividad en el tema Starless, una de las obras maestras de los Crimson de todos los tiempos. Book of Saturday es otra de las joyas que nos dejó la voz magnífica de Wetton.
Sin embargo su carrera ha sido más irregular que la de otros miembros clásicos de King Crimson. La creación del grupo Asia ha sido, bajo mi punto de vista, uno de los mayores fiascos de la historia del rock sinfónico. Su carrera en solitario no ha dado mucho más que versiones de temas de King Crimson y alguna que otra canción acertada.

Discografía en solitario

2005 - Icon

1995 - Battle Lines

1980 - Back in Business
1980 - Go Clubbing Marquee
1980 - Caught in the Crossfire
1987 - Wetton/Manzanera
1991 - Jacknife
1994 - Voice Mail
1995 - Chasing the Dragon [live]
1995 - Live: Chasing the Dragon
1995 - Battle Lines
1996 - Akustika: Live in Amerika
1998 - Live in Tokyo
1999 - Live in New York
1999 - Sub Rosa: Live in Milan
1999 - Arkangel
2000 - Welcome Back to Heaven
2000 - Live at the Sun Plaza Tokyo 1999
2002 - Live at Atsugi, Vol. 1
2002 - Live at Atsugi, Vol. 2
2002 - Live in Argentina
2002 - Live in Sweden
2002 - Wetton and Downes
2003 - Live in Stockholm 1998
2003 - No Mans Land: Live in Poland
2003 - Sinister
2003 - Rock of Faith
2003 - Live in Osaka
2003 - Live in the Underworld
2003 - One Way or Another [live]
2004 - Amata [live]
2005 - Icon
2006 - Acoustic TV [live]
2006 - Icon: Acoustic TV Broadcast [live]
2006 - Never in a Million Years [live]
2006 - Never in a Million Years: Icon Live
2006 - Agenda
2006 - Rubicon
2006 - Icon, Vol. 2: Rubicon II
2008 - Icon Live: Never in a Million

La disciplina de Tony Levin

Tony Levin, un espectacular bajista

Si para tocar el bajo te llaman Robert Fripp y Peter Gabriel, debes ser realmente bueno.
Tuve la suerte de verlo en Madrid en 1982 con King Crimson, y ese tipo grande, rapado y bigotudo, que hacía del bajo y del stick chapman una prolongación de su cuerpo, fue de las cosas que más me impresionaron del concierto.
Tony Levin emergió con el fantástico "Discipline" como el bajista más hipnótico de la historia carmesí.

Discografía en solitario

2006 - Resonator

2002 - Double Expresso

1996 - World Diary
2000 - Waters of Eden
2001 - Pieces of the Sun
2002 - Double Espresso
2006 - Resonator

2007 - Stick Man

La indisciplina de Bill Bruford

Bill Bruford, uno de los mejores bateristas de la historia

Su actividad con King Crimson desde Larks' Tongues in Aspic hasta ThraK, su paso por Yes y por UK, y su carrera en solitario lo hacen uno de los más grandes músicos con los que haya contado jamás Robert Fripp.

Ver tocar la percusión a Bill Burford es una experiencia diferente a todo lo que haya visto u oído uno antes. Rodeado por docenas de tambores, timbales, platos, y un panel vertical de percusiones electrónicas, el show de "Indiscipline" es de lo más elaborado que haya hecho en concierto un baterista.

Bill Bruford es un batería natural, que toca aparentemente sin esfuerzo, con una elegancia y una facilidad pasmosas. Y capaz de fragmentar el tiempo en porciones tan pequeñas que nadie podría percibirlas, y sin embargo redoblar en esas porciones minúsculas de tiempo tantas veces y con tanta precisión, que nadie podría creerlo. No dejes de ver este magnífico solo.

Nota: en los vídeos publicados en esta web, todos recogidos de You Tube, aparecía la increíble e impresionante entrada de Indiscipline que la banda puso en escena en la última época de Bruford. Realmente Indiscipline había sido, desde 1981, el plato fuerte en cuanto a percusiones (además del alarde a 2 marimbas en "Waiting Man" que abría el show) de los conciertos de King Crimson, y poco a poco se fue sofisticando más hasta ser una auténtica representación teatral entre Belew y Bruford a las percusiones, tal y como se describió arriba. Por problemas de copyright (cosa demasiado habitual en You Tube) Discipline Global Mobile ha hecho retirar ese vídeo.

Discografía en solitario

1980 - Gradually Going Tornado

1978 - Feels Good to Me
1979 - One of a Kind
1980 - Gradually Going Tornado
1980 - The Bruford Tapes (compilación)
1983 - Music for Piano and Drums
1985 - Flags
1986 - Master Strokes: 1978-1985
1987 - Earthworks
1989 - Dig?
1991 - All Heaven Broke Loose
1994 - Stamping Ground: Bill Bruford's Earthworks Live
1997 - Heavenly Bodies
1997 - If Summer Had Its Ghosts
1999 - A Part & Yet Apart
2001 - The Sound of Surprise
2001 - Upper Extremities
2002 - Footloose and Fancy Free (concierto)
2004 - Random Acts of Happiness
2004 - Every Step a Word, Every Word a Song

Fripp, Gunn, Belew, Mastelotto: La fuerza de creer

Trey Gunn, Adrian Belew, Robert Fripp, Pat Mastelotto

Estos han sido los miembros de la formación desde que se grabara "The Power to Believe" (2003).
Aunque no pudo mantener el sexteto, Fripp no deja de estar bien rodeado, por músicos de la experiencia de un Adrian Belew con casi 30 años en el grupo, y de Pat Mastelotto, percusionista y creador de efectos electrónicos, que además es productor en ocasiones. Trey Gunn aporta el relevo generacional, un virtuoso de las warr guitar y toda clase de bajos.
En 2008 se han producido nuevos cambios en el grupo, con el anuncio del regreso de Levin, el abandono de Trey Gunn y la incorporación de Gavin Harrison como segunda batería, acompañando a Mastelotto. Es posible que King Crimson se convierta en quinteto... No se descarta aún la vuelta de Bill Bruford a la banda, aunque King Crimson se halla, de nuevo, en un momento de marcada transición.